Ayer la prensa nos sorprendía con el anuncio de un futuro Gran Premio urbano de Fórmula 1 en Valencia «a lo Mónaco». Hoy, como no podía ser de otra forma en España, la cosa se tinta política. Lo de siempre, vamos…
Y es que «Berni» Ecclestone, amo y señor de la Formula 1 y de todos sus derecho$$$, ha «matizado» su oferta. Dice que sólo habrá circuito si en las próximas elecciones gana Francisco Camps, candidato Popular y actual presidente de la Comunitat.
Por supuesto, el PSOE valenciano ya ha puesto el grito en el cielo ante lo que han calificado como un «desprecio a los valencianos» -a los que votan al PSOE, suponemos-. El hecho es que todo este asunto me recuerda a la novela El disputado voto del señor Cayo, del por momentos genial y aburrido Miguel Delibes. El señor Cayo es un viejo apegado a su tierra que, ante unas elecciones municipales, recibe la visita de militantes de uno y otro partido que le ofrecen el oro y el moro por su voto. Militantes, por otra parte, con los que el señor Cayo se despacha a gusto con grandes dosis de sabiduría popular.
Y bien, ¿dónde quedan aquellos tiempos en los que el voto se ganaba con un bocata de jamón y media botella de vino?. Ahora, el jamón se ha convertido en circuito de Fórmula 1. Eso si que es innovación señor Camps.
¿Qué esconderán Barberá, Ecclestone y Camps bajo esas manos entrelazadas? Lo veremos después de la publicidad -más bien propaganda-, es decir, después de las elecciones.
¿Qué papel juega Alejandro Agag, yerno del sr. Aznar y terrateniente de Ecclestone en España? Agag, pese a la insospechada procedencia de su apellido, es el dueño de los derechos de la Fórmula 1 en España.
¿Y qué dice Fernando Alonso de todo esto? No lo sabemos, pero seguro que será algo por el estilo de «los valencianos deben agradecerme este gran avance, ya que sin mi figura, Ecclestone no se hubiera fijado en Valencia». Lo de siempre, vamos…